Germán necesirtaba trabajo pero nadie quería emplearlo. Las habilidades y destrezas que ofrecía para trabajar eran un poco peculiares... El era cazador de aromas, un hermoso oficio que la había enseñado su abuelo hacía muchos años, cuando los dos vivían en el sur de la República Argentina, entre los lagos y los pinos de Bariloche. Sin embargo, todos creían que el oficio de Germán era una tontería... ¡Aunque todo esto cambiaría muy pronto!
Te esperamos en nuestro FORO

Es un bellísimo cuento!! Lo tengo en casa y conozco casi de memoria. Lo leo desde pequeña!!
ResponderEliminar